
El filme del que os voy a hablar hoy está basado en el cortometraje "Alive in Joburg" y en él, el sudafricano Neil Blomkamp nos cuenta, a modo de documental, la historia de unos alienígenas que llegan a la Tierra indefensos, su nave se ha roto, no tienen posibilidades de volver y el peso de la humanidad cae sobre ellos con toda la maldad de la que somos capaces.
Apartados en una barrio de chavolas a las afueras de Johanesburgo del que no se les permite salir, las únicas personas con las que tienen relación son las prostitutas, traficantes de drogas y armas y con la policía y el ejercito, (es decir, salvando a las prostitutas, con la crème de la crème) lo cual es bastante común en los guetos.
Para mayor orgullo de la raza humana, los altos dirigentes de la Multi-National United (la ONU, para que nos entendamos) pretenden trasladarlos a un campo de concentración en el que hacer aún más miserable su existencia. Todos saben que es una tarea peligrosa, por ello, se la encargan al pringadillo de turno,Wikus van de Merwe (Sharlto Copley). Wikus accidentalmente se infecta con un producto que lo hace mutar poco a poco, convirtiéndolo en un ser cada vez más parecido a los "bichos" que intentan exterminar.
Este trabajador de la MNU no recibe ayuda de nadie, ni siquiera de su mujer. No pertenece ni a un mundo ni a otro. Solo alguien se apiada de él, uno de los alienígenas, Christofer Johnsson ¿No eran tan malos, no?