BLANCANIEVES (MIRROR, MIRROR)

   Queridos amigos, vuelvo a hablaros de dos de mis pasiones: de cine y de cuentos. Como ya habréis deducido del título de este post, hoy nuestra protagonista será la más bella del reino, Blancanieves, de la que ya os hablé en "Once upon a time", pero esta vez adaptada para la gran pantalla bajo la mirada del director indio Tarsem Singh.

   Pese a que la crítica no la trató con mucho cariño, he de decir que me ha encantado. Me he divertido muchísimo y me ha parecido super tierna. Además, cuenta con algo que para mí es un aliciente, me recuerda a la atmósfera en la que se desenvuelven las películas de Tim Burton.

   Capta a la perfección el universo mágico de los cuentos. Todos aquellos que, como yo, se hallen en contacto con él, se darán cuenta.

   El vestuario es maravilloso, de hecho en 2012 ganó un Oscar al mejor diseño por este motivo.

    Da un giro a la historia tradicional. Blancanieves es una princesa ideal, pero que saca las uñas cuando la situación lo requiere, y Lily Collins, a parte de clavar el papel, es una chica preciosa, con una belleza diferente y, por qué no decirlo, con unas cejas fascinantes. Acaba de ganar una fan. También hay algo que da puntos a la interpretación de esta muchacha y es que, normalmente, cuando una actriz se ve obligada a llevar una ropa como esta en su trabajo, no termina de sentirse cómoda con ella y eso se nota. Sin embargo, Lily es capaz de transmitir esa naturalidad y encanto de un niña que se siente princesa con estos vestidos.



   Julia Roberts, de mala, malísima muy al estilo de la reina roja en "Alicia en el País de las Maravillas", está fantástica. No podíamos esperar menos de la novia de América.

   Sea la versión que sea, siempre tendré debilidad por los enanitos, aunque, en esta ocasión no son tan adorables como en la versión de Disney. Son guerrilleros, como su princesa, pero a la vez los más leales y buenos amigos que haya podido encontrar. Además protagonizan escenas que no tienen desperdicio, muy divertidas algunas, y otras, temibles.

   Por otro lado, el príncipe azul (Armie Hammer), guapo hasta decir basta, se sale de los límites establecidos para este tipo de personajes. Hombres impasibles que jamás se salen del tiesto y que poco o nada interactúan en las películas salvo para salvar a la princesa. En esta obra, escenifica momentos hipercómicos y, como no, muy románticos.

   El final, muy criticado también, me parece espectacular. No es como os esperáis y, una advertencia, no perdáis de vista a la bestia que acecha en el bosque, aunque no lo parezca, es importantísima.

    En fin, me despido como lo hace esta película, con un momento muy bollywoodense... "I believe, I believe, I believe in love. Love".