ALEJANDRO SANZ EN CONCIERTO

Después de 15 años sin dar un concierto en Marbella, ALEJANDRO SANZ vuelve a visitarnos y, aunque yo desde 1998 no me pierdo ningún concierto que dé en la provincia de Málaga, es una alegría recibirlo en tu ciudad y más, después de tantos años.

Desde que me levanté por la mañana el pasado domingo día 11 de agosto, ya notaba el cosquilleo en el estómago que me persigue cada tres años cuando voy a ver mi ALEJANDRO. Tras meses esperando, por fin, había llegado el ansiado día.

Llegamos al Starlite festival con bastante tiempo, así que allí, entre tanto ambiente, nos fuimos a cenar y después, para que la espera  no se nos hiciera muy larga, nos pasamos por el fotomatón, que estaba genial; un estupendo recuerdo de esa magnífica noche.

Por fin llegaron las 22.00, y ya sentadas en nuestros asientos vimos pasar una sombra con una guitarra en la mano, de repente se encendieron las luces, comenzaron los primeros acordes de “Llamando a la mujer acción” y ya no podíamos contener los gritos de la emoción, nos acabábamos de sentar y ya estábamos deseando saltar de los asientos.

A las 3 o 4 canciones después de que ALEJANDRO nos dijera que con él no nos hiciéramos los finos, ya casi todo el público estaba de pie para darlo todo en este concierto tan esperado, por lo menos para mí y mis amigas.

Continuó con algunas de las canciones de su último disco “La música no se toca”, pasó al popurrí de canciones de otros discos más antiguos, entre las que cantó “La habana” y “El alma al aire” y después siguió con otras más antiguas como “Enséñame tus manos” y “Quisiera ser”.

El siguiente popurrí cantado al piano fue de lo mejor. La iluminación, el piano, su voz y la de sus coros…el vello se nos puso de punta, al igual que cuando comenzó a sonar “Yo te traigo…”, una preciosa canción dedicada a sus 20 años de carrera y a sus fans.

Como otras veces, nos gastó la broma de que nos iba a cantar una canción inédita, para a continuación, comenzar a cantar “Mi soledad y yo”, mientras se nos iba la voz cantando de la emoción.

Cuando nos dijo que se iba la primera vez evidentemente sabíamos que volvería, porque todo el mundo gritaba “Tú de aquí no te vas”. A los 5 minutos volvió para cantarnos algunas canciones más, entre ellas “Mi marciana” dedicada a su familia y una de mis canciones favoritas del disco.

El concierto terminó con “Amiga mía” e “Y si fuera ella” dejándonos con ganas de más, y también dejando algunas canciones en el tintero como “Camino a casa” o “Nena”, aunque ya sabemos que todas no las puede cantar.

Nos faltó también un “Lo ves” al piano y, aunque hace tiempo que no lo hace, algo de flamenquito. Aún recuerdo la primera vez que lo vi en el 98 en su gira de “Más”, sentando en esa silla él y un par de guitarristas y esa gorra que tan bien la quedaba iluminado con unos focos rojos y cantándonos flamenco…Inolvidable.

Mientras nos decía que estaba feliz de tocar en Marbella, pero triste porque su gira terminaba, más triste estábamos nosotras porque ya se despedía y posiblemente para no volver hasta dentro de otros 3 años. Un concierto de 2 horas en el que tanto él como el público lo dimos todo, pero que se nos pasó igual de rápido que si hubieran sido 10 minutos.

Esperamos que la próxima vez el dinero nos alcance para vivir el concierto en primera fila, al menos una vez en la vida los conseguiremos…eso sí, ahora es una utopía, aunque, como nos dijo ALEJANDRO, “la utopía es una raya en el horizonte que según te acercas se va alejando… para eso sirve la utopía, para seguir caminando…”