Tener granitos, puntos negros y demás
impurezas es una de las cosas más temidas por las pieles jóvenes y, aunque a
veces no podemos evitar que aparezcan, sobre todo cuando sufrimos cambios
hormonales o cuando tenemos más estrés de la cuenta, siempre se pueden intentar
evitar en la medida de lo posible.
Además del cuidado diario que todas
necesitamos, no está de más que, al menos una vez al mes, nos hagamos una limpieza
facial. No hace falta ir a ningún sitio de belleza. A no ser que queramos
una limpieza más profunda, entonces sí.
Lo primero que tenemos que hacer es abrir
nuestros poros, bien poniéndonos una toalla caliente en la cara durante unos 5 ó 10 minutos o poniéndonos vapor durante el mismo tiempo, por ejemplo, calentando agua en una olla hasta que hierva, que es lo más típico y más fácil.
Seguidamente aplicamos un exfoliante que se
adecue a nuestro tipo de piel. Si no tenemos uno a mano podemos hacerlo nosotras
mismas en casa. Si queréis saber más sobre los exfoliantes solo tenéis que
pinchar aquí.
Después, nos podemos limpiar el rostro con una
mezcla de pulpa de uvas y yogurt que también podemos hacer nosotras fácilmente. Las uvas tienen un gran poder purificante por lo que son perfectas para limpiar la piel.
Tras masajear unos minutos el rostro
con esta mezcla, debemos retirárnosla con un jabón o gel limpiador específico
para el rostro y para nuestro tipo de piel. No lo hagáis con otro tipo de jabón
porque resecaríamos mucho la piel, lo digo por experiencia.
Otra opción es ponernos una mascarilla específica para nuestro tipo de piel que compremos en tiendas de cosmética de la marca que más nos guste. Yo suelo usar la mascarilla purificante de NIVEA, pero vosotras podéis usar la que queráis y si no, además de la que os he dicho
antes de uvas y yogurt, podéis probar la mascarilla de tomate de la que
hablamos en este post anterior. No
olvidéis siempre usar el jabón para retirar bien la mascarilla, sea cual sea.
Para finalizar debemos cerrar los poros. Lo
que ocurre es que yo no estoy muy a favor de los tónicos, porque me resecan demasiado la piel, ya sabéis que la tengo delicada, aunque
tampoco pasa nada por usar un tónico una vez al mes.
Si sois como yo, que tampoco os convencen los tónicos
faciales, podemos aplicar infusión de té verde concentrada, es decir, que en vez de preparar un te normal con una bolsita, lo tenemos que preparar con tres, y una vez que esté más o menos frío, lo ponemos en un pulverizador y lo rociamos por el rostro.
No olvidéis poneros siempre vuestra crema hidratante habitual al terminar
cualquier limpieza, sí conseguiréis una piel sana y perfecta.
Espero que os sirva ¡Nos vemos en el próximo post!
Sandra, ya sabemos que tu piel y la mía son muy delicadas. Te aconsejo que investigues sobre los rituales d belleza de piel de las japoneses. Eso es lo que a mi me va. Lo de los tónicos es una barbaridad, siempre me han sentado fatal e investigando estas perfectas pieles descubrí que ellas jamás lo usan.
ResponderEliminarVuelvo a recomendarte Sannai.
Me ha encantado el post, no tenía ni idea de lo de las uvas. Si es que en la naturaleza tenemos todo lo que necesitamos... y no hacemos más que estropearla.
Es verdad que las japonesas suelen tener una piel muy bonita, voy a investigar a ver que tal. Yo de hecho tengo cremas que llevan uva y seguramente habrá muchas más cosas por ahí naturales que son perfectas para usar en nuestra piel y que desconocemos. Besos wapa
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