En el último día de la madre, aunque es cierto que su día debería celebrarse siempre, decidí hacerle un regalito a la mía. Cualquier excusa es buena para celebrar amor. Así que me fui al Centro comercial Miramar y vi una pequeña tienda de decoración monísima, en la que nunca había entrado porque pensaba erróneamente que sus artículos se saldrían de mi presupuesto. Estoy hablando de Decorarte.
Allí encontré este precioso y "vintage" costurero. No es que mi madre sea una modista muy mañosa; algún botón que otro, un descosido... poco más, pero me pareció tan adorable que decidí llevármelo.
No es algo útil ni práctico, es simplemente algo bonito. Tanto es así que hemos prescindido de su función de costurero y se encuentra de adorno en una mesita del salón.
Espero que os haya gustado. Un besito y hasta otra.
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