sábado, 30 de marzo de 2013

EL PODER DE SER MADRE.

Candace Bushnell.
   En 1998 empezó a emitirse la serie, basada en el libro homónimo de Candace Bushnell, “Sex and the city”. Para quien no la conozca, trataba de cuatro guapas y existosas treinteañeras que intentaban hacerse con el control de sus vidas en un mundo que todavía no les dejaba mucha libertad para cubrir sus necesidades, físicas y emocionales, y adaptarlas a la vida de la mujer moderna. Constantemente se ven obligadas a elegir entre atarse a un hombre o estar solas, entre enamorarse o ser libres, entre mimar sus faldas o ser la diana de toda crítica. Fue un éxito porque las mujeres, por fin, tenían vida más allá de ser madres o esposas y, por primera vez, eran admiradas por su independencia y podían hablar abiertamente de sexo.

   Y aquí estamos, más de diez años después ¿a dónde hemos llegado? ¿hacia qué lugar hemos avanzado?

   El mundo gira al compás de un reguetón  ultra machista en el que la mujer sigue siendo un objeto y no una parte en igualdad de condiciones en las relaciones; las grandes divas de la canción cuanta menos ropa lleven y más jovencitas parezcan mejor; también que parezca - nunca que lo sean - que tienen genio y carácter, pero que a la hora de la verdad no puedan resistirse a la suprema inteligencia autoritaria y masculina.


   No es que piense que nos discriminan concienzudamente, de hecho, yo creo que nunca me he sentido así - gracias a Dios - . Aunque sí estoy convencida de que no estamos yendo por el camino adecuado.

   La mujer ha de ser libre, y libre en el más amplio sentido de la palabra. Es dueña de sí misma y es dueña de su cuerpo. Si quiere ir desnuda por la calle que lo haga, nadie tiene derecho a tomárselo como una invitación al sobeteo o al acoso. Eso sí, cada vez que aceptáis una copa de un tío que no os gusta, que dejáis que os paguen los caprichos, que entráis a un bar sin pagar… Cada vez que vendéis vuestro sexo estáis perdiendo algo tan valioso como la independencia.

   Todavía se espera de nosotras una cantidad infinita de cosas y todas ellas en la cálida atmósfera hogareña. Casarse y estar guapa con el vestido de novia sigue siendo un sueño para muchas crías y, lo que es peor, para sus madres. Eso sí, han de hacerlo pronto, porque a los treinta y tantos ya te consideran mayor para tener niños ¡¿Qué edad tendrás cuando tus hijos tengan veinte?! Gritan algunos ¡¿No quieres tener hijos naturales?! se escandalizan otros.

   ¿Es que no hay ninguna mujer que quiera dedicarse a sí misma? No sé, a hacer viajes, a estar guapa, a su profesión… a comprarse zapatos, a hacer maquetas… yo que sé, a lo que sea ¿Es que no hay ninguna mujer que no pierda el sentido por el posesivo maltrador en potencia que tiene esta sociedad como prototipo?

François Poullain de la Barre
publicó en 1793 su obra "Sobre la
igualdad de ambos sexos".
   Y luego están los placeres efímeros. Desde tiempos inmemoriales los hombres han podido beber alcohol, pelearse y, por supuesto, acostarse con quien desearan. Hoy, cada día son más comunes los comentarios de “las niñas son ahora peores que los niños”, el famoso “todas putas” de los frikis superpajilleros de Forocoches o el “yo lo veo igual de mal si lo hacen chicos que chicas” ¿Qué pasa, que cuando las reglas del juego nos favorecen un poco ya ha de ser una conducta reprobable? ¿Por qué siempre hay algo que decir de nosotras? ¿Para cuando unas mujeres libres, fuertes e independientes?

   En fin, no somos objetos y no pertenecemos a nadie. Liberaos, liberaos de todo aquello que os hayan enseñado que os oprima, de la misma feminidad si es necesario, e id construyendo aquello que queráis ser. No dejéis que nadie guíe vuestra vida, aceptad consejo si lo veis prudente, pero, bajo ningún concepto, agachéis la cabeza ante ideas o personas que mengüen vuestra capacidad para alcanzar el poder, porque es vuestro. No lo olvidéis, vosotras parís y, todavía, educáis a vuestros hijos. Podéis cambiar el mundo.

4 comentarios:

  1. Cada uno debe hacer lo que quiera, pero siempre habrá alguien que señale. A la gente le gusta juzgar porque así se reafirman en sus comportamientos.
    Tan lícito es que una mujer se acueste cada noche con un hombre diferente o con una mujer diferente, como una que vea el sexo como algo especial que solo quiere hacerlo con el amor de su vida (que todavía se puede ser romántico!!).
    En cualquier caso, se ha de dejar de señalar a las mujeres que no quieren tener hijos, entre otras cosas porque es mejor que si no quieren tenerlos que no los tengan. Hay hombres que quieren permanecer toda la vida de flor en flor y nadie les mira mal, pero ellos deben hacerles un favor a las mujeres; que no establezcan relaciones supuestamente formales. Lo que no se puede hacer nunca es daño a los demás, esa es la norma básica para todo.

    La pregunta es... ¿qué es ser normal? ¿cuál es el comportamiento adecuado? ¿cuándo dejará la gente de señalar a los demás?
    Por mi parte, no señalaré cuando no haya perjudicados.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo, todo ha de estar permitido, mientras no se dañe a nadie ni a nada.

    No he puesto nada a favor de la monogamia, porque es lo socialmente aceptado, lo que se supone que debemos ser. Pero, por supuesto, es una opción tan válida como la otra, aunque mi razón me dicta que no es natural, pese a practicarla yo misma (admito la posibilidad de estar equivocada).

    Esto lo escribí hace un tiempo y mi pensamiento ha mutado un poco. Respecto a lo de "estar exhibiéndose voluntariamente como ganado"... oye, si a ellas les parece bien, no soy yo nadie para decirles que está mal. Y lo de utilizar el machismo a nuestro favor... pues lo veo una reverenda gilipollez, sobretodo porque no creo que necesite ningún tipo de ayuda o protección, aunque peor me parece que los hombres accedan a ese sin sentido, al fin y al cabo ellas sacan tajada; ellos, la mayoría de las veces, un bocado en el bolsillo y un calentamiento gratis sin final feliz.

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  3. Sin embargo, mi sensación es distinta. A la gente le parece aburrido ser monógamo y empieza a verse este tipo de personas que se casan consigo mismas y a veces consienten compartir temporamente su vida con alguien. Lo cual, repito, sino hay nadie que salga dañado es estupendo. Es como los cuernos, si son consentidos por una buena taja de dinero pues allá tu. Lo que hay que ver es a lo que la sociedad evoluciona. Esto está bien si no nos lleva a ser egoistas e insolidarios y a tener hijos abandonados a que se crien en la calle.
    Lo del machismo es un tema aparte. El machismo aceptado vale. Ahora, que si yo como mujer no acepto el machismo, no quieras imponérmelo, cásate con la que te aguante y compórtate con tus compañeras de trabajo o con tu cuñada sino piensa como tu esposa. Enfin.. ante el machismo impuesto me convierto en una feminazi, está claro q no somos iguales, pero eso no quiere decir que seamos menos libres o trabajemos menos.

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  4. Cuando se rompe una relación siempre hay alguien que sale dañado y creo que la mayor parte de las veces el daño es sin querer, las circunstancias simplemente se dan.

    No creo que nadie abandone a sus hijos por este motivo y lo de ser egoistas e insolidarios no lo entiendo muy bien. Uno tiene que pensar y quererse primer a sí mismo, si no puede que nadie se preocupe por ti.

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