PRESENTACIÓN DE "ROTTA".

   Ayer, en busca de nuevas experiencias que contar, fui al teatro "Las Lagunas" de Mijas Costa, a la presentación del nuevo disco de un grupo que desconocía, Alhándal, y pude ser testigo de una espectacular y potente actuación bajo la romántica luz de las velas. Todo, por un precio muy económico, seis euros. Lo que me hubiera costado una triste copa en cualquier bar.

   Desde que me senté hasta que abandoné la sala, el nivel de excitación no bajó ni un sólo segundo.

"Mariskal" Romero.

   Abrió el concierto un “speaker” de excepción, “Mariskal” Romero, por lo visto, una figura mítica del rock español -también invisible para mí hasta entonces; no tengo disculpa-.

   Con una estética un poco excéntrica, pero propia para la ocasión, este "showman", tras una acertada crítica al trato dado a la cultura en cadenas de radio, televisión, prensa e instituciones, y reivindicar la posición del arte de vanguardia, alternativo y de calidad, presentó a los artistas. Podéis seguirlo desde su web www.mariskalrock.comy en la revista “Heavy”, la más importante en este estilo en España.

   No pronunció ni una sílaba que fuese falsa. Es cierto, y sabido por todos, que la presencia en los medios de gente con un arte realmente sobresaliente de lo establecido es inexistente; si algo escapa de lo reglado, de lo normal, aunque sea destacando, se le ignora. Lo único que parece importar es la productividad; en otras palabras, es preferible un Zara, que escupa camisetas como churros, a alguien como Balenciaga, capaz de llevar a cabo obras de arte intemporales.

   Tras este prólogo, que dejaba vislumbrar la importancia de lo que iba a acontecer, el telón se levantó dejando paso a lo músicos que sorprendieron al público con un tema lento y sosegado, en el que el cantante, con el torso desnudo, se mostró transparente y vulnerable, captando la sensibilidad y la atención de todos.

   Poco a poco, la historia que pretenden contar con su disco “Rotta” fue cobrando forma con una música vibrante que nos sumergía en distintos estados de ánimo; amor, ira, nostalgia… y  una escenografía que, aunque sencilla, era tremendamente expresiva. Alma en estado puro que podéis conseguir por unos diez euros aproximadamente.

"Rotta".

    El cantante, Yiyi, es nervios y vísceras sobre el escenario, no estuvo quieto ni un sólo momento y no dejaba que te distrajeras o apartaras la mirada del espectáculo; lo cual tiene un mérito impresionante, porque su voz, sin desafinar, tiene que sobresalir por encima de dos guitarras, un bajo, un piano y una batería. No estamos hablando de cualquier cosa. Son seis personas, desprendiendo energía por cada poro de su piel, perfectamente cuadradas en una misma melodía.

   La segunda parte del concierto, la dedicaron a su anterior disco, “ Raíces”. Aquí versionaron temas míticos como “La leyenda del tiempo”, “Tu frialdad”, “El garrotín” o “Paseando por la mezquita”. Esta parte, personalmente, me pareció brillante, no solo porque los aires flamencos me pierdan, sino porque hicieron que unas canciones, que ya poseen entidad propia, sonaran de una manera muy original, aunque sin perder la esencia que las caracteriza.

   La atmósfera mágica que habían creado era tal, que los asistentes se resistían a que terminase la actuación, por lo que el grupo no tuvo más opción que regalar un último tema. No exagero si digo que al finalizar toda la sala en pie los ovacionó durante, mínimo, quince minutos. Nos dejaron un sabor de boca inmejorable.

 Decía Kurt Cobain que “la música es sinónimo de libertad” y debe ser cierto, porque yo ayer me sentí viva, y la vida, sin libertad, no es vida.