martes, 18 de junio de 2013

ESPIANDO AL AMOR.

   "Desmayarse, atreverse, estar furioso, / áspero, tierno, liberal, esquivo,/ alentado, mortal, difunto, vivo,/ leal, traidor, cobarde y animoso..." así comienza uno de los mejores sonetos de amor jamás escrito ¿Quién no ha sentido esa barahúnda incomprensible de sentimientos que merma la razón y eleva el espíritu a niveles nunca alcanzados antes?

   Cuentan que Lope de Vega fue un conquistador empedernido, que tuvo muchas amantes y que medio Madrid suspiraba por sus versos... Sólo alguien que conocía tan bien el amor pudo escribir de manera tan exacta y bella lo que significa estar enamorado.


   "Estar enamorado" ¿Cuánto se ha desvirtuado esa expresión desde entonces hasta ahora? Hoy los te quieros se regalan, las vidas se comparten con desconocidos, se ha cambiado la luna por el neón y la rutina consumió la magia ¿Cuánto se ha desvirtuado la condición del poeta? Ya pocos dedican versos, ya nadie admira al que desenvaina el alma por amor y se desviste cada noche pensando en manos ajenas.



    La dulce enfermedad que embarga el alma y atonta la razón, palía su padecer con la simple presencia del ser amado ¿Qué será? su olor, su imagen, la manera en la que nos mira... sea lo que sea, para la víctima es imposible "hallar fuera del bien centro y reposo". Dicen que es una especie de síndrome de abstinencia y, como consecuencia, aquella persona, una auténtica droga.

   Romeo y Julieta, Ulises y Penélope, Don Juan y Doña Inés... ellos son ejemplos del poder y la fuerza que esta energía sobrehumana puede llegar a tener. Da igual lo que digan el destino, las Moiras, los dioses... nada ni nadie podrá separar nunca a dos corazones enamorados. Las dificultades que tengan que superar o los monstruos contra los que tengan que luchar... serán a sus ojos un mero "licor suave" a cambio de la felicidad inmensa de poder mirar unos ojos centelleantes de amor correspondido.

   Sin embargo, no penséis que todo es espiritual y que es indiferente la realidad en la que se viva, porque, por muchos cuentos que nos narren, el cielo en un infierno no cabe, o, al menos, si ese infierno es provocado consciente o inconscientemente por quien hizo surgir el amor.

   Por último, no debemos olvidarnos de la parte física. El tacto de esa otra persona; cerrad los ojos, olvidaos de los oídos y poned la mano sobre su pecho o su cara... ¿no os parece que estéis acariciando el universo mismo? Y es que la química tiene mucho más que ver aquí de lo que pensáis. Esta fiesta de hormonas, este tripi natural que es el amor no puede, ni podrá jamás, prescindir de los cuerpos...porque... porque "esto es amor: quien lo probó lo sabe".


2 comentarios:

  1. ¿Y yo por qué no había visto este post?
    A mi me encanta el amor, siempre he pensado que estoy enamorada del amor.
    La conexión entre dos personas como si pareciese ser eterna es lo que siempre he buscado. Seré una romántica, que no una pastelosa, pero no me hubiese parecido que estoy viviendo sin amor. El auténtico.
    Aunque mientras no podemos rechazar un poco de romanticismo esporádico ¿ qué ha sido de los romances de verano?

    Ay el amor.

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  2. Claro que sí, cuanto más amor, del que sea, mejor irá todo. Como ya dije en otro post, nuestra vida debe guiarse por las normas que dicten el amor y el sentido común.

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